Hay mucho que se puede hacer, pero tenemos que ponernos manos a la obra, nadie lo hará si no lo hacemos nosotras, dejemos de esperar que alguien lo haga, nosotras, nosotros somos ese alguien que estamos esperando. Desde Tenemos Tetas Ileana nos vuelve a regalar un artículo excelente.
En el blog De Mamás y de Papás, Cecilia Jan escribió el pasado diciembre un excelente artículo en el que intentó analizar objetivamente el conflicto sobre la lactancia materna que se plantea continuamente en todos los espacios donde se habla del tema.
Hay algo que he dicho en otras ocasiones: lo cierto es que la lactancia ha de ser algo muy importante, cuando la reacción de un lado y de otro, es siempre tan enérgica y furibunda. ¿Por qué nos sentimos siempre tan «atacadas» las unas y las otras? ¿Por qué nos sentimos culpables, heridas o frustradas, o al contrario, otras tan plenas, tan felices en la maternidad que son capaces de abandonarlo todo, tan recalcitrantemente orgullosas?
Cecilia termina su artículo haciéndose esas mismas preguntas:
¿Qué se puede hacer para que una recomendación de salud no acabe siendo una fuente de frustración y de culpabilidad? ¿Para que algo que a muchas nos apetece hacer porque sale de nosotras, porque es natural, porque es una experiencia vital que queremos sentir, no sea atacado gratuitamente por ignorancia o en aras de un feminismo trasnochado? ¿Para que a las que no quieran o no puedan dar el pecho por cualquier causa no las hagan sentir peores madres?
Ante tan bien planteadas preguntas, modestamente creo que sí, que hay algo que se puede hacer: